La explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en el ámbito del turismo es un crimen de extrema gravedad, ¡en todos los países del mundo!
La alarma internacional sobre este tipo de explotación sexual sonó por primera vez en los años 90 tras la publicación de estudios mostrando la existencia de numerosos viajeros cuyo propósito era abusar sexualmente de menores de edad en el Sudeste Asiático. Las víctimas menores de edad nunca deben ser consideradas responsables de su explotación, incluso si las apariencias pueden dar la impresión errónea que a veces mantienen relaciones consentidas. Se trata de un asunto complejo y numerosos factores pueden alimentar la explotación sexual.
Cada año, millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de la explotación sexual en el mundo. Algunas de las víctimas de la prostitución, son abusadas sexualmente por turistas y viajeros y/o explotadas por redes de trata. Así mismo, cada día, circulan por Internet millones de imágenes de menores de edad abusados sexualmente.
En un mundo en el que la responsabilidad social corporativa ha tomado una importancia decisiva, cada vez son más las empresas del sector turístico que contribuyen a reforzar la protección de la infancia. Un ejemplo de ello, es la adhesión al Código de Conducta por la protección de los menores frente a la explotación sexual en los viajes y el turismo (www.thecode.org). En la actualidad, 245 empresas de 38 países son firmantes del Código de Conducta.
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